lunes, 4 de abril de 2011

Cómo interpretar un mito?

La ambigüedad del discurso mítico, a diferencia de la fábula, propone una lectura alegórica mucho más difícil de objetivar. Pero esta aparente dificultad de interpretación es, una gran oportunidad a la hora de proponer una instancia de reflexión: la riqueza fascinante de los personajes y los mundos descriptos, los hacen especialmente atractivos.

Podemos analizar los mitos históricamente, estudiar su significación de acuerdo a lo que éstos representaba para su propia tradición en el momento en que estuvieron en apogeo. Pero también podemos proponer una nueva lectura, una actualización, utilizándolos como excusa para abordar un problema desde un nuevo ángulo, para revisar conclusiones, para discutir e intercambiar ideas.

Los contenidos mitológicos, inspiran, motivan, despiertan. Proponemos, entre otras cosas, utilizar los mitos como original recurso didáctico propiciando la relfexión y el debate.
La leyenda forma parte de la naturaleza humana, existen pues, en todas las culturas, relatos míticos que hablan de la creación del mundo y de los primeros tiempos de la humanidad. Estas historias, definen y justifican el mundo y ubican a la humanidad respecto a la creación. Al consolidarse la civilización, los mitos que sirvieron para crearla, pueden ir perdiendo su importancia original hasta convertirse en meras supersticiones o pasatiempos. Aunque conservará la fuerza inherente del tiempo en el que fueron creadaos. Las mitologías atesoran toda la poesía la pasión de la que es capaz la mente humana.

Mito y leyenda

La palabra "mito" deriva del griego mythos, que signfica "palabra" o "historia". Un mito, tendrá un significado diferente para el creyente, para el antropólogo, o para el filólogo. Esa es precisamente una de las funciones del mito: consagrar la ambigüedad y la contradicción. Un mito no tiene por qué transmitir un mensaje único, claro y coherente.